El Renault Fluence busca atraer a un público más maduro, que valora la comodidad, el espacio interior y la capacidad de maletero. Por eso el Fluence es largo y ancho (4,62 metros de longitud) y tiene una gran distancia entre ejes. Así consigue alojar cómodamente a cuatro adultos y disponer de un maletero con 530 litros de capacidad.

Su imagen externa es elegante, con líneas fluidas (de ahí su nombre) y múltiples detalles cromados que realzan su aspecto. No se trata de un Mégane al que se le ha acoplado un tercer cuerpo, el Fluence tiene imagen propia desde el morro hasta la zaga.

A bordo del Fluence
El interior presenta materiales que transmiten calidad y con buenos ajustes. No llega al nivel del Laguna, pero se aprecia una notable mejora. Precisamente, la calidad percibida ha sido una de las premisas fundamentales en el desarrollo del Fluence, tanto en el interior como en el exterior.

La ergonomía también se ha cuidado y el conductor cuenta con amplias regulaciones del asiento y el volante para lograr una postura de conducción a su gusto. Las altura libre en las plazas delanteras es apta para los más altos, mientras que las traseras destacan por su anchura y por alojar sin apreturas de ningún tipo a personas de hasta 1,85 metros de altura.

Se ha trabajado en el aislamiento acústico para aumentar el confort de marcha, así el Fluence incorpora unos aislantes multicapa en los pisos más eficaces y ligeros. Y tras casi cinco millones de kilómetros de pruebas en las condiciones más dispares, se han reforzado los anclajes de diversos puntos de la carrocería e interior para que el Fluence tenga menos vibraciones y ruidos con el paso del tiempo.

El equipamiento sorprende con detalles característicos del segmento superior (según versiones), como el climatizador bizona del Laguna, Bluetooth o el navegador integrado TomTom.

Cómodo y amplitud
El Renault Fluence se caracteriza por la comodidad y amplitud que ofrece. No nos lo han contado, lo hemos probado nosotros mismos. Atrás sorprende por la anchura a la altura de los codos y hombros, la altura libre es muy buena y también el espacio para las rodillas. Delante hay todavía más altura incluso con techo solar, que siempre resta algunos centímetros.

Es cierto que las regulaciones para el conductor son amplias, pero también es cierto que los pedales quedan bastante cerca y altos, lo que propicia que tengamos que abrir mucho las piernas y encogerlas un poco si superamos la estatura media.

En marcha el Fluence es suave, el motor 1.5 dCi de 105 CV le echa ganas y, si no buscamos una conducción deportiva, es suficiente y muy ahorrador. El sonido de rodadura es bajo, la estabilidad lineal buena y en curva apoya bien, pero su larga batalla le da cierta torpeza en zonas reviradas.

El largo Fluence supera en longitud a algún competidor del segmento D, lo que le hace difícil de ubicar. Podemos decir que es una berlina tricuerpo con características del segmento superior y a precio del segmento de los compactos.

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